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Fotografías Corporativas, el Mix entre Arte y Branding

Fotografías Corporativas, el Mix entre Arte y Branding
by Sonnia Martinez enero 21, 2019

La fotografía es y seguirá siendo un vehículo de comunicación que puede expresar todo tipo de sentimientos y que ha servido a lo largo de la historia para comunicar y representar momentos que ni un ensayo ni el mejor artículo periodístico podrían llegar a representar.

Las grandes empresas y corporaciones han sabido siempre hacer uso de este vehículo para representar y comunicar a sus clientes y usuarios, sentimientos y experiencias que han generado resultados en términos económicos que ningún otro medio podría haber conseguido.  En muchos casos esas imágenes han quedado grabadas en las mentes de la gente creando una fidelización de las marcas que si tuviéramos que hablar del valor generado por dicha imagen podríamos estar hablando de millones y en algunos casos mucho más que eso, ya que estaríamos hablando de que la memoria de millones de personas contienen una imagen o situación que a partir del momento de la publicación estará con nosotros hasta el final de nuestros días, y ese trabajo no tiene precio.

El arte de una buena imagen aplicada al branding corporativo

Estas imágenes que en un principio parecen simples fotografías de una escena o una situación como puede ser el caso de una gran empresa que quiere reflejar la cultura de trabajo de su empresa, se pueden convertir en auténticos cuadro que nos podrían recordar a las pinturas de bodegón de Caravaggio o el gran maestro Goya.  En la mayoría de los casos la primera impresión es la que cuenta. Y para el cliente basta con echar un vistazo a un par de fotografías de la directiva o de los empleados en plena jornada para hacerse una idea de con quien está a punto de hacer negocios. Esta analogía debería de valer  para poner de relieve la importancia de hacer un buen trabajo de una situación o evento que a primeras nos puede parecer una simple fotografía sin ningún tipo de trabajo o análisis preliminar.

Algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de realizar una buena fotografía corporativa podrían ser:

Objetivos y limitaciones claras: aunque el fotógrafo es un artista que requiere cierto grado de libertad, es imprescindible puntualizar detalles como el espacio de trabajo (interior o exterior), valores corporativos a reflejar, dónde se pondrá énfasis (instalaciones, productos, personal), qué debería visualizarse y qué no.

El momento y lugar exacto de la sesión: debe ser evaluado con suficiente antelación. Preferiblemente espacios con una iluminación equilibrada y a una hora cercana al inicio de la jornada de trabajo (en caso que el énfasis esté sobre el personal). En otras ocasiones el ocaso puede ser el momento idóneo para otro tipo de situaciones y mensaje que queramos transmitir a nuestro público.

Un buen equilibrio entre luces y sombras: en muchos casos la luz nativa del ambiente destinado para la sesión no cubre las expectativas técnicas para lograr un resultado de alta calidad, por lo que será necesario emplear equipo adicional (lámparas, suavizadores de luz, rebotadores).

El vestuario también tiene que ser cuidadosamente seleccionado, procurando que sea atemporal o temporal dependiendo del caso u objetivo de la fotografía, elegante y de colores discretos o no tan discretos pero que no rompan la armonía general de la finalidad de la composición gráfica. El maquillaje debe ir acorde con el mensaje general que queramos transmitir, para que cumpla su función sin resultar llamativo.

En el caso de las poses, hay que lograr un equilibrio sano, otra vez dependiendo de lo que queramos reflejar puede ser firme sin ser rígida y relajada sin ser desgarbada. Es toda una sinfonía que un fotógrafo profesional sabrá orquestar correctamente.