FOTOGRAFÍA DE EVENTOS, CAPTURAR AQUEL INSTANTE TAN INCREÍBLE

Dicen que la vida es breve, un soplo, y los momentos más importantes de nuestras vidas transcurren vertiginosamente, a merced de los frágiles titubeos de la memoria. La llegada a la familia de un nuevo miembro, un bautizo, un cumpleaños, una boda, esos eventos que merecen ser siempre recordados, necesitan ser registrados en fotografías para llevarlos siempre cerca de nuestro corazón y afectos. 

Una fotografía es una postal de los buenos recuerdos y por ello, mientras se realice de la manera más sincera y creativa posible, mayor es la posibilidad de que logre ser la llave de la memoria y de los sentimientos. Parece cosa de magia, pero un ángulo adecuado, un perfecto juego de luces y sombras, la apropiada velocidad del obturador, además de un increíble instante captado por el ojo de un fotógrafo paciente, todo ello hace que la fotografía sea una asombrosa combinación de técnica y arte. 

Fotógrafo: pescador y lector de almas 

Capturar un instante increíble no es cosa fácil. Exige del fotógrafo algunas virtudes de pescador, quien con su caña y anzuelo mantiene la calma ante la inmensidad del mar y espera, paciente, por el pez adecuado. Sin embargo, la paciencia no basta. Es necesario además que el fotógrafo logre descifrar el momento y comprenda los sentimientos que en ese momento afloran en las personas. En este caso el fotógrafo es un lector de almas. 

Del ojo paciente, creativo y comprensivo del fotógrafo dependerá el resultado de la fotografía. Por ello, todo buen fotógrafo sabe que el secreto de una buena imagen está en saber captar, además de lo que se ve, lo invisible del momento: los sentimientos, la emoción, la esperanza… Los habitantes de tribus primitivas creían que las fotografías se robaban el alma de las personas. Tenían mucha razón. El alma se va en las buenas imágenes y podemos recuperarla cada vez que las vemos. 

Los elementos para una buena foto 

Muchos son los estilos y las maneras de realizar fotografía de eventos. Están las de pose, en las que se prepara a las personas para que adopten una postura frente a la cámara. Están también las fotografías tomadas sin previo aviso, en las cuales el fotógrafo pasa inadvertido en los eventos tomando furtivamente las imágenes. 

Tanto uno como otro estilo resultan eficaces a la hora de intentar capturar aquellos instantes increíbles. Solo es necesaria la sincronía de la elección de un buen escenario, con la energía positiva de las personas y una buena actitud y pasión de parte del fotógrafo. Cuando esos elementos se juntan, el resultado es sorprendente.